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---|---|
y con un paño de dientes
acicalar las espadas
que el sueño tuvo envainadas,
en manjares diferentes; | 19redondilla
|
Reina de Pafos y de amores madre.
Tú que a las almas llenas de placeres,
¿Por qué no quieres que Dalmiro triunfe?
Mándalo, Venus. | 36estrofa_sáfica
|
Acepto este dolor por merecido,
mi culpa reconozco, pero dime,
dime, Señor, Señor de vida y muerte,
¿cuál es mi culpa? | 36estrofa_sáfica
|
No hay tormento más grande
que la memoria,
porque pone presentes
pasadas glorias. | 22seguidilla
|
En un jardín, las áureas mariposas
embriagadas están por los sutiles
aromas de los cálices abiertos
que el Sol espolvoreaba de rubíes,
esmeraldas, topacios, amatistas
y zafiros. Encajes invisibles
extienden en silencio las arañas
por las ramas nudosas de las vides
cuajadas de racimos. Aletean
los flamencos rosados que se irguen
después de picotear las fresas rojas
nacidas entre pálidos jazmines.
Graznan los pavos reales.
de mármoles bruñidos, que recibe
la sombra de los árboles coposos,
un joven soñador está muy triste,
viendo que el aura arroja en un estanque,
jaspeado de metálicos matices,
los pétalos fragantes de los lirios
y las plumas sedosas de los cisnes. | 21silva_arromanzada
|
Raro, humilde sujeto, que levantas
a tan excelsa cumbre la belleza,
que en ella se excedió naturaleza
a sí misma, y al cielo la adelantas; | 24cuarteto
|
Es de noche. Manso y lento
céfiro las ramas mueve,
y sobre los campos llueve
fulgores el firmamento;
sutil y aromado el viento
en los jardines se cuela;
la luna plácida riela
y se ve a su luz de plata
que Alí llega y se recata
en los vergeles de Zela. | 13espinela
|
Cierre mi mano piadosa
Tus ojos al blando sueño,
Y empape suave beleño
Tus lágrimas de dolor:
Yo calmaré tu quebranto
Y tus dolientes gemidos,
Apagando los latidos
De tu herido corazon. | 15octavilla
|
Pareció luego siguiente
Un carro tribunal y neto,
De oro resplandeciente
hecho por modo discreto:
Por ordenanza y decreto
De nobles donas galantes,
Cuatro caballos andantes
Lo tiraban plano y reto. | 40copla_arte_menor
|
aquí me tienen,
caminando solo
andando caminos extraños
sombríos y fríos
bajo emancipada lluvia
que moja mí todavía
impenitente avatar.
¿Dónde irá este pobre impenitente?
caminando solo
entre rosales espinosos
pero fragantes.
Percibo el aroma
de un amor perdido
¡Ay! amor
que esta impenitente rosa
nunca pierda su fragancia
aunque los surcos
marquen su irreverente cuerpo. | 35unknown
|
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal? | 28copla_castellana
|
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera
lo llevó codo con codo.
* * *
El día se va despacio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.
Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.
A las nueve de la noche
lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro. | 1romance
|
Tómanla por momentos parasismos;
no acierta a pronunciar, y si pronuncia,
absurdos hace y forma solecismos. | 33terceto
|
Quisiste ser maestro sin discípulo ser,
no conoces mis artes ni cómo has de aprender;
oye y lee mi aviso y sabrás cómo hacer,
recobrarás tu dama y otras sabrás traer. | 9cuaderna_vía
|
No bayas a la Vitoria,
no sarga un santo y te quite
mi queré e la memoria. | 30soleá
|
Poesía dulce y mística,
busca a la blanca cubana
que se asomó a la ventana
como una visión artística. | 19redondilla
|
No parecía muerta;
de los arcos macizos
parecía dormir en la penumbra
y que en sueños veía el paraíso. | 21silva_arromanzada
|
¡Oh! Hela allí. Corazón,
no tembléis de un ángel ya.
¿Cuándo, Señor, llegará
de mi pecado el perdón? | 19redondilla
|
De aquí, del hediondo suelo
Donde te mandó el Señor
Detener tu raudo vuelo,
Para cantar tu dolor
Sin que se oyera en el cielo. | 29quintilla
|
De todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza. | 39sexteto
|
Él ha visto las hojas otoñales,
amarillas, rodar, las olorosas
ramas del eucalipto, los rosales
que enseñan otra vez sus blancas rosas... | 7serventesio
|
¿Que es estúpida?... ¡Bah! Mientras callando
guarde oscuro el enigma,
siempre valdrá, a mi ver, lo que ella calla
más que lo que cualquiera otra me diga. | 23cuarteto_lira
|
¿Qué roca de ti no sabe
aun más de lo que yo sé?
Viva mi fe.
Pues tu nombre en su dureza
con tu dureza grabé,
viviré como desdichado,
viviré,
moriré. | 4octava
|
"Si algún Dios de amor había,
dijo luego Cartagena,
muestre aquí su valentía
contra tan gran osadía,
venida de tierra ajena".
Torres Naharro replica:
"Por hacer, Amor, tus hechos
consientes tales despechos,
y que nuestra España rica
se prive de sus derechos". | 6copla_real
|
¡Ah, yo siempre te adoro como un hermano,
no sólo porque todo los juzgas vano
y la expresión celeste de tu belleza,
sino porque en ti veo ya la tristeza
de los seres que deben morir temprano! | 32quinteto
|
¡Rosas inocentes,
formas transparentes
conceptos lucientes! | 10tercetillo
|
En ventura Octaviano;
Julio César en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
y trabajar; | 12sextilla
|
tal de lucientes hebras coronado,
Febo aparece en llamas encendido,
tal discurre en el cielo esclarecido
un ardiente cometa arrebatado. | 24cuarteto
|
Ese viento de fuego en tu mirada
acaricia mis ganas como dueño.
Esa luz transformando la morada
de tu piel de luciérnaga varada
en relámpagos presos de mi ensueño. | 32quinteto
|
Fétido, como el vientre de los grajos
al salir del inmundo estercolero
donde, bajo mortíferas miasmas,
amarillean los roídos huesos
de leprosos cadáveres; viscoso,
como la baba que en sus antros negros
destilan los coléricos reptiles
al retorcer sus convulsivos cuerpos
entre guijarros húmedos; estéril,
como los senos que en helados lechos
ofrecen las impúdicas rameras
al ardor genital de los mancebos
que, frenéticos, caen en sus brazos,
como loco rebaño de corderos,
al sentir inflamados sus vellones,
en cenagoso manantial; abyecto
como el alma del pérfido soldado
que, desertando al enemigo ejército,
expira acribillado por las balas
de los que un día sus hermanos fueron,
sin tener quien le vende las heridas,
ni le enjugue las lágrimas; cruento
como el capricho de feroz tirano
que, bajo el palio de su trono excelso,
hundida entre las manos la cabeza
y cerrados los ojos soñolientos,
sueña en ver asoladas las naciones,
para alfombrar con polvo de esqueletos,
rociado por la sangre de las víctimas,
la ruta que han de recorrer sus pueblos
al proclamarle victorioso; débil
como la planta que en hediondo estiércol
ya se abrasa a los rayos del estío,
ya se quiebra a los soplos de los céfiros,
tal es, ¡oh, Dios!, el cuerpo miserable
que arrastro del vivir por los senderos,
como el mendigo la pesada alforja
que ya se cansan de llevar sus miembros | 18romance_arte_mayor
|
Hoy nadie los recuerda ni los llora,
porque a su gloria les faltó un poeta.
¡Sin Homero no hay Troya, no hay Aquiles,
ni quien aplauda y llore! | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
Incliné al gran consejo la cabeza;
quedéme en pie, que no hay asiento bueno
si el favor no le labra o la riqueza. | 33terceto
|
¿Si de rodillas me pones?
Perdones.
Están de tus labios presos
mis besos.
Y esquivo lo que te pido:
olvido.
Como un tigre malherido
que sangra pero no muere
lanzo un rugido que quiere:
¡perdones, besos y olvido!
| 0ovillejo
|
Porque en una aldea
un pobre mancebo
hurtó solo un huevo,
al sol bambolea,
y otro se pasea
con cien mil delitos.
Cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos. | 4octava
|
Desde que el mundo es mundo,
si bien lo observas,
no hallaras nuevo vicio,
ni virtud nueva;
que en todos tiempos
ha habido muchos malos,
y muchos buenos. | 27seguidilla_compuesta
|
La vasta noche
no es ahora otra cosa
que una fragancia. | 8haiku
|
-Padre de la barba florida
Por tres siglos de santidad,
Desde que oiste al ruiseñor
Primaveral y celestial,
Cinco ermitaños hemos sido
De este monte en la austeridad. | 39sexteto
|
De su sentencia mortal
Con un día y otro día
Llenando el cupo fatal,
Cual lámpara funeral
Iluminando una orgía. | 29quintilla
|
El pueblo de caminos
y cuestas empinadas
testigo fue en silencio,
en muda lejanía,
de risas y promesas,
de futuros abiertos
a un incierto mañana
con la aurora vencida.
Las paredes de piedra,
los pasillos oscuros,
las ventanas sin rejas
abiertas al paisaje
y nosotros hundidos
en la inmensa penumbra
vagando como sombras
por fin reconocidas.
Seguimos las estrellas
bajo el cielo en la noche,
cruzamos las distancias
de tiempos y de mares,
abrimos esperanzas
entre el alba y el día.
Después, tras tanto tiempo
tentando la memoria,
nos quedan los caminos,
las paredes de piedra,
la mudez de las cosas,
la palabra encendida. | 35unknown
|
Aqueya mañana
que me lo ijeron,
yo reniego e cuantos santos tiene
la tierra y er sielo. | 26seguidilla_gitana
|
Los negros caracteres que matizan
con el luto del alma el papel terso
puros raudales fueron en su origen,
que después atezó el dolor violento.
Turbio vapor que despidió a los ojos
el material adusto de mi pecho,
corto raudal a mitigar la llama,
pero bastante a publicar el fuego.
Lágrimas vivas son, si bien ajenas
del cristal primitivo en que nacieron,
milagros del dolor que me atormenta,
que sabe convertir lo blanco en negro.
En ellos te traslado mis desdichas
estimadas por dichas de mi afecto,
pues el ser tú la causa desfigura
la sangrienta impresión de los tormentos.
Repásalos siquiera, dueño mío,
y ya que yo por mí no lo merezco,
desengaño que debo a tu hermosura,
desde que el alma te juró por dueño,
conviértate a piedad su porte triste,
en que van publicando abatimiento,
cubiertos del color de mis quebrantos,
y encadenados como mis deseos.
Mas, ¡oh cuánto me engaña mi delirio!
pues ¿quien puede llegar a ser tan necio
que espere compasión de una belleza
que adorna de impiedades sus trofeos?
Aborréceme pues; que no es posible
que consigas con tu aborrecimiento
que mi encendido amor menos me abrase
ni mi ciega pasión me mate menos.
Usa cuantos rigores te persuada
la airada sutileza de tu genio,
pues, para despreciarlos y sufrirlos,
tengo ánimo mayor que todos ellos.
Estudia en los horrores de estos montes
nuevos rigores de sus monstruos fieros,
lisonjas del amante pecho mío,
ansioso siempre de sufrir de nuevo;
que antes el sol apagará sus luces
y se hundirá la máquina del cielo,
que Fabio deje de adorar a Lisi
a pesar de sus iras y desprecios.
Pues fuera muy villano su cariño
si le apartaran de su pensamiento
ni alegres esperanzas de otras glorias,
ni el temor de los males más acerbos. | 18romance_arte_mayor
|
Desplegados banderas
gasta mi dama
porque se va con todos
a desplegadas | 22seguidilla
|
Sire de ojos azules, gracias: por los laureles
de cien bravos vestidos de honor; por los claveles | 3couplet
|
¿Quieres que conservemos una dulce
memoria de este amor?
Pues amémonos hoy mucho, y mañana
digámonos ¡adiós! | 21silva_arromanzada
|
No las vieron los padres,
Y no me admiro,
Porque once mil doncellas
¿ Quién las ha visto?
¿Quién ha logrado
El ver tantas y juntas
No siendo un santo? | 27seguidilla_compuesta
|
Se ven desde las barandas,
por el monte, monte, monte,
mulos y sombras de mulos
cargados de girasoles.
Sus ojos en las umbrías
se empañan de inmensa noche.
En los recodos del aire,
cruje la aurora salobre.
Un cielo de mulos blancos
cierra sus ojos de azogue
dando a la quieta penumbra
un final de corazones.
Y el agua se pone fría
para que nadie la toque.
Agua loca y descubierta
por el monte, monte, monte.
* * *
San Miguel lleno de encajes
en la alcoba de su torre,
enseña sus bellos muslos
ceñidos por los faroles.
Arcángel domesticado
en el gesto de las doce,
finge una cólera dulce
de plumas y ruiseñores.
San Miguel canta en los vidrios;
efebo de tres mil noches,
fragante de agua colonia
y lejano de las flores.
* * *
El mar baila por la playa,
un poema de balcones.
Las orillas de la luna
pierden juncos, ganan voces.
Vienen manolas comiendo
semillas de girasoles,
los culos grandes y ocultos
como planetas de cobre.
Vienen altos caballeros
y damas de triste porte,
morenas por la nostalgia
de un ayer de ruiseñores.
Y el obispo de Manila,
ciego de azafrán y pobre,
dice misa con dos filos
para mujeres y hombres.
* * *
San Miguel se estaba quieto
en la alcoba de su torre,
con las enaguas cuajadas
de espejitos y entredoses.
San Miguel, rey de los globos
y de los números nones,
en el primor berberisco
de gritos y miradores. | 1romance
|
Mares, tú seas presente
inflamado, rubicundo,
pagado, non furibundo,
porque el tu favor sustente
la mi mano, e represente
el mi caso desastrado,
e mi coragon plagado
con espada furiente. | 15octavilla
|
Buen conde Fernán González,
el rey envía por vos,
que vayades a las cortes
que se hacían en León;
que si vos allá vais, conde,
daros han buen galardón,
daros han a Palenzuela
y a Palencia la mayor;
daros han las Nueve Villas,
con ellas a Camón;
daros han a Torquemada,
la Torre de Mormojón.
Buen conde, si allá non ides,
os darían por traidor.
Allí respondiera el conde
y diera esta razón:
Mensajero eres, amigo,
no mereces culpa, no.
Yo no tengo miedo al rey,
nin a cuantos con él son.
Villas y castillos tengo,
todos a mi mandar son;
de ellos me dejó mi padre,
de ellos me ganara yo;
los que me dejó mi padre
poblélos de ricos hombres;
los que yo me hube ganado
poblélos de labradores;
quien no tenía más de un buey,
dábale otro, que eran dos;
al que casaba su hija
dóile yo muy rico don;
cada día que amanece
por mí hacen oración;
no la hacían por el rey,
que no la merece, no;
él les puso muchos pechos
y quitáraselos yo.
| 1romance
|
Yo no sé por qué estoy aquí, ni cuando vine
ni por qué la luz roja del Sol lo llena todo:
me basta con sentir frente a mi cuerpo triste
la inmensidad de un cielo de luz teñido de oro, | 7serventesio
|
¿Qué dices, hombre sin fe?
Si tú a Dios te encomendaras,
y orando perseveraras,
Dios te ayudara. ¿Qué dudas? | 19redondilla
|
¿Puede ninguna ciencia compararse
con esta universal de la Poesía,
que límites no tiene do encerrarse? | 33terceto
|
Ven conmigo, bella flor,
vente conmigo a gozar;
mil prendas te voy a dar
como te he dado mi amor—.
Y cargando con vigor
la niña, salió en efeto
del jardín, y a un vericueto
se dirigió, do tenía
el corcel que ya quería
correr afanoso, inquieto. | 13espinela
|
Sultana de mis penas
y mi esperanza.
Plaza de las Arenas
de la Maestranza | 22seguidilla
|
Dejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared. | 23cuarteto_lira
|
Sobre tus aras mis ofrendas pongo,
Testigo el pueblo por mi voy llamado;
Y, concertado con mi tono el suyo,
Llámate madre. | 36estrofa_sáfica
|
En mi casa hay un libro:
dice la letra:
en cuidados agenos
nadie se meta. | 22seguidilla
|
Y manso es ante los ojos
de Zela, su hermosa amada,
esclavo de su mirada,
cumplidor de sus antojos;
a sus más leves enojos
tiembla, se estremece y llora;
si de rodillas implora
cuando teme algún reproche,
es el genio de la noche
de hinojos ante la aurora. | 13espinela
|
Un hambre de paz
otra de carne y pan
y una de flor | 8haiku
|
Aunque dicen que tienes
cinco cortejos
no llegaré yo tarde
si llego al sexto | 22seguidilla
|
¡Benditos aquellos que cuando las flores
se muestran al mundo reciben las aves,
y fluyen las pompas y vanos honores,
y ledos escuchan sus cantos tan suaves!
¡Benditos aquellos que en pequeñas naves
siguen los pescados con pobres traínas!,
y que estos no temen las lides marinas,
ni cierra sobre ellos Fortuna sus llaves. | 41copla_arte_mayor
|
En él por admiración
me quiso mostrar Fortuna
la grand clarificación,
más candida que la luna,
Venus, [a quien] sola una
non vi por aquivalente
discreta, sabia, prudente,
digna de gelsa [tribuna]. | 15octavilla
|
Por la inerte materia, vaga incierta
el alma en nuestra fábrica escondida,
a otra vida durmiendo nos despierta,
vida inmortal, a un punto reducida,
de la esperanza la sabrosa puerta
el espíritu abre, y la perdida
memoria renovando, allí en un punto
cuando fue, es y será, presenta junto. | 2octava_real
|
Las sílabas cuenta y guarda el acento
producto y correcto; pues en geometría
Euclides no tuvo tan gran sentimiento,
ni llegó Atalante en astrología;
oyó los secretos de filosofía
y los fuertes pasos de naturaleza;
obtuvo el intento de su gran pureza
y profundamente vio la poesía. | 41copla_arte_mayor
|
pero acabara de dar
en tierra mi pretensión,
si yo en aquesta ocasión
me pretendiese vengar. | 19redondilla
|
rodando va el dinero,
pero de modo
que, como va de prisa
se escapa pronto:
y en ocasiones,
muchos echan la mano
caen, y no cogen. | 27seguidilla_compuesta
|
tiembla el rocío
y las hojas moradas
y un colibrí | 8haiku
|
Ella joven, diecinueve,
Yo más grande, veinticinco,
Más me esfuerzo con ahínco,
Su pasión siempre me mueve. | 19redondilla
|
Estando como espantado
del animal mostruoso,
vi venir acelerado
por el valle fronduoso
un hombre, que tan hermoso
los vivientes nunca vieron,
nin aquellos que escribieron
de Narciso, el amoroso. | 15octavilla
|
Médico ni cirujano
Non han tanta autoridad,
Que me pudiesen dar sano
De perfecta sanidad;
Si vuestro brío lozano
De mi non ha piedad,
Por vuestro leal morré. | 20septilla
|
de Esculapio y de Apolo gloria y lustre,
si no, dígalo el santo bien partido,
y su fama la misma envidia ilustre. | 33terceto
|
No fíes en señores
por su grandeza
que también los más grandes
tienen flaquezas;
pues en sus males
hace naturaleza
todos iguales | 27seguidilla_compuesta
|
Quién dijo que, atravesando
de noche por la pradera,
la colina coronando,
vio hasta cien almas danzando
en derredor de una hoguera. | 29quintilla
|
Que peine oro en la barba tu hijo, Febo,
¿quién lo tendrá por nuevo,
si lo peina en las palmas de las manos
cualquiera matasanos?;
¿si Toledo no vio entre puente y puente
a barbo dar valiente
carrete más prolijo
que a rico enfermo tu barbado hijo? | 4octava
|
Dijo otra verdad:
busca el tú que nunca es tuyo
ni puede serlo jamás. | 10tercetillo
|
A fe, señora, que tengo
Algo tan duro en los labios,
Que por no haceros agravios,
En el hablar me contengo.
Ved que a trovaros no vengo,
Ridículo trovador:
Ved que si vivo amador,
Y si os ensalzo poeta,
Quien se respeta, respeta
Un digno y honrado amor. | 13espinela
|
La luna llena
refleja con dulzura
tu gran sonrisa | 8haiku
|
Muchas por non descubrir
algunas faltas secretas,
a las personas discretas
non dexan al fin venir;
bien les demuestrean amar
y que bondad las detiene,
mas con aquello tratar,
han sus engannos lugar
lo que en secreto contiene. | 38novena
|
y con esta confianza,
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera
ganaréis.» | 12sextilla
|
El rostro del hermano se ilumina
suavemente. ¿Floridos desengaños
dorados por la tarde que declina?
¿Ansias de vida nueva en nuevos años? | 7serventesio
|
Yo, en tanto, desatado
en humo, rico aliento de Pancaya,
haré que, peregrino y abrasado,
en busca vuestra por los aires vaya;
recataré del sol la lira mía
y empezaré a cantar muriendo el día. | 45sexteto_lira
|
En el campo venturoso,
donde con clara corriente
Guadalavïar hermoso
dejando el suelo abundoso
da tributo al mar potente;
Galatea, desdeñosa
del dolor que a Licio daña,
iba alegre y bulliciosa
por la ribera arenosa,
que el mar con sus ondas baña. | 6copla_real
|
Siempre me temo saber
cualquiera cosa encubierta,
porque sé que la más cierta
más mi contraria ha de ser.
Y en saberla no está el daño,
pero séla tiempos yo
que nunca jamás sirvió
de remedio el desengaño. | 28copla_castellana
|
El que surca las ondas de la mar
Pide al cielo quietud, cuando el nublado
La luna oculta, o la brillante estrella
Que guía al navegante. | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
Y pues vuestro remediar
es quien puede remediarme,
yo os suplico deis lugar
do mi mal pueda quejar
sin poder de vos quejarme;
porque con tan sólo hablarme
me será tal beneficio
que sin más galardonarme
no es posible rescatarme
con mil años de servicio.
| 25décima_antigua
|
Y yo, ¡pobre de mí!, sigo tu lumbre,
también, ¡oh gloria!, en busca de renombre
trepar ansiando al templo de tu cumbre,
donde mi fama al universo asombre.
Quiero que de tu rayo a la vislumbre
brille grabado en mármoles mi nombre,
y espero que mi busto adorne un día
algún salón, café, o peluquería. | 2octava_real
|
Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón... es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido. | 21silva_arromanzada
|
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!…
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra! | 11cantar
|
Los que van al rosario
no tienen frío,
que la vírgen María
les da su abrigo.
| 22seguidilla
|
techo pajizo, adonde
jamás hizo morada el enemigo
cuidado, ni se asconde
invidia en rostro amigo,
ni voy perjura, ni mortal testigo; | 14lira
|
Son del sol alternamente,
centinelas voladoras,
discretas compartidoras
de los tratos de la gente.
Son alivio del tormento,
son esperanzas del bien,
y un alfabeto por quien
discurre el entendimiento. | 28copla_castellana
|
¡Adiós, Filis, adiós! No más amores,
no más requiebros, gustos y dulzuras,
no más decirte halagos, darte flores,
no más mezclar los celos con ternuras,
no más cantar por monte, selva y prado
tu dulce nombre al eco enamorado; | 34sexta_rima
|
¡Qué lástima será er be
la gachí que uno camela
camelando a otro gaché! | 30soleá
|
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso,
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
| 1romance
|
enviuden las tortolillas
viendo que gozas a otro;
jamás tenga paz contigo
y siempre guerra con todos. | 11cantar
|
¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados y vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores? | 12sextilla
|
Ya sólo dirán que fue
el ciego contemplador
que cegó tu resplandor
la hora que te miré.
El sol no pudo causar
con toda su claridad
lo que tu sola beldad;
mas no es de maravillar;
¡O si tanta o la mitad
fuese toda tu piedad! | 25décima_antigua
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Por eso el Jansenismo
Farisaico penetra
los reales gabinetes,
por inspirar su tósigo contra ella. | 17endecha_real
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Sin la cáscara del miedo
una fruta se desnuda;
son mis manos esa ayuda
en su piel de selva suave.
Mis caricias son la clave
del secreto que estremece;
tiemblas antes que yo empiece
travesía con denuedo. | 15octavilla
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Entre tanta abundancia
tan rara fruta
no recoge porque ella
cae de madura.
Es linda
pues con eso no ahíta.
Y buena
para todas las viejas,
por blanda
más que todos los gastan. | 16chamberga
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Yo me pregunto entonces si este rostro es mi rostro
o es la vieja pasión de una guerra perdida.
Dos minutos ahora para salir a escena.
Sentir sobre el escote
cómo arden los focos: canta,
canta para París
y para Siena,
tú que crees que el tiempo no es asunto
de tilos y palomas,
mi viejo capitán de plomo herido,
cierra tu dulce corazón desperdiciado
a las nieves de un parque,
como si amaneciese y abrieras la ventana
y por primera vez
notases que el invierno se ha convertido
en éxito. | 35unknown
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